Brandon Brizuela Arroyo 31 de Octubre de 2012
Introducción
En este capítulo se
analizaran las transacciones simbólicas intencionales, es decir aquellas en las
que el objetivo del mensaje es modificar la conducta del receptor (como
inducirlo a hacer algo, a que crea en algo). De acuerdo con esta definición, la
intención de comunicar e influir son sinónimos. Si no hay intención, no hay
mensaje (Burgoon y Miller, 1990; Benjamin, 1997; Breaden, 1996). Este
planteamiento induce a considerar que toda la comunicación es persuasiva.
También enfoca la atención en ciertas variables que intervienen en el proceso
de comunicación, como el contenido del mensaje, la forma en que éste se entrega
y el efecto persuasivo.
Una perspectiva diferente
respecto a la comunicación se conoce como “enfoque de comunicación orientada al
receptor”. De acuerdo con éste, la comunicación ocurre en cualquier momento en
que un receptor responde a un estimulo.
Quien pretenda tener éxito
en la persuasión, trabajará para que todos sus comportamientos sean
intencionales y controlados, de manera que los hechos involuntarios no reduzcan
su facultad de influir en otras personas (Breaden, 1996).
INTENCION Y PERSUASIÓN
La pregunta respecto a si la intención tiene que estar
presente para que cualquier actividad simbólica se considere comunicación,
puede no tener respuesta, ya que entre los autores hay un mayor acuerdo acerca
del rol del propósito en proceso de la comunicación persuasiva. Miller, Burgoon
Bettinghaus (1997) definieron la comunicación persuasiva como la intención
consciente de un individuo por cambiar la conducta de otro individuo o grupo
mediante la transmisión de algún mensaje. Las nociones de intención consciente,
cambio de conducta y de transmisión del mensaje, son esenciales en esta
definición. Consideran que el termine de persuasión debe reservar
exclusivamente para aquellas situaciones en las que una parte intenta conscientemente
influir en otra.
Burgoon y Ruffner (1978), dicen que la comunicación, no
requería de que alguna de las partes en la transacción estuviera de acuerdo
respecto a la naturaleza de la intención de comunicar; mientras que el esquema
de persuasión que ellos mismos presentan, requiere que haya de un acuerdo entre
las fuentes y el receptor en relación con lo que podría ser la intención
precisa de comunicación.
El efecto de
Advertencia, se presenta cuando algunas personas resisten a ser influidas
debido a que están conscientes de que una fuente está tratando de influir en
ellas. Un efecto Bumerang se inicia cuando el receptr está conciente de que el
comunicador desea manipular la situación; esto puede provocar que las personas
modifiquen sus actitudes en forma contraria a la que espera el comunicador.
Es mejor desechar las situaciones en las que la fuente no
tiene menor intención de influir en los receptores, ya que no forman parte de
situaciones de lo que se pretende llamar comunicación persuasiva. Las
situaciones que deben analizarse son aquellas en las que resulta claro que la
fuente intenta influir, excepto de los casos de simples presiones hacia la
conformidad.
La persuasión con encubrimiento. Es
una estrategia inteligente que pueden usar los comunicadores persuasivos,
Investigaciones sobre este tema, señalan que es más probable influir sobre las
personas por medio de conversaciones que no refieren a ellas, pues de esta manera
estarían menos a la defensiva y sería más fácil persuadirlas a modificar su
criterio. Es importante, en algunas situaciones que los emisores puedan
incrementar su credibilidad al admitir que desean influir en los receptores,
debido a que de esta manera se proyecta como personas honestas e integras.
INTENTOS DE INFLUIR
El concepto de influencia no implica necesariamente la
modificación o reversión de una conducta no verbal abierta, ni indica siempre
el cambio en la dirección o atracción hacia alguna actitud determinada. Por
ejemplo, si una persona se opone hasta cierto punto a un tema, es probable que
al final se oponga a un más, si esto ocurre significa que el intento de influir
tuvo éxito, aunque es obvio que no cambió la dirección de la actitud y tampoco
se intento hacerlo. Además si el objetivo de la fuente es que las personas se
resistieran a la contra propaganda (por ejemplo, a los mensajes que pretendan
promover cambios en sus actitudes en el futuro), se podrá decir que el intento
de influir tuvo éxito.
ACTITUDES
a) Sistemas de creencias y de opiniones
Cada
individuo tiene un sistema de creencias que representa su noción de la
realidad. Un sistema de creencias es la serie de nociones alas que cualquier persona puede responder basándose
en su concepto de verdad o mentira (Breaden, 1996; Perloff, 1993). La
declaración de que en México hay pobreza es una manifestación de creencias. Cuando se hacen juicios valorativos acerca de
la bondad o maldad de algún hecho, tema o manifestación, se llega al segundo nivel del modelo: el de
declaración de opiniones.
VALORES
Los valores son el tercer componente del modelo de Burgoon y Miller (1988, 1990) y representan
nociones duraderas sobre la bondad y la maldad, además de guiar el
comportamiento en una amplia variedad de contextos. Por ejemplo, es probable
que los valores religiosos sean muy resistentes al cambio y que guíen muchas
relaciones interpersonales. Dichos valores se inculcan a través de los años y
suelen ser muy resistentes a los intentos de cambio; pero debido a que los
valores controlan las opiniones y conductas, cambiarlos implicaría diversas
transformaciones a la conducta, y aunque son muy resistentes a los intentos de
cambio, cuando se logra modificarlos también se produce un cambio permanente en
las personas.
Las creencias de las personas son probablemente el
elemento cognoscitivo más suceptible al cambio y en ocasiones se pueden modificar
con solo propocionar información veraz de las cosas.
OTRAS ÁREAS DE CAMBIO
En otras palabras, el
interés se centra en cómo se comportan las personas y en lo que hacen, no en lo
que piensan o sienten. Algunos intentos de persuasión están dirigidos a cambiar
solo un aspecto, mientras que otros pretenden transformaciones múltiples en la
gente, es decir, cambios de afecto y conducta. En este sentido la persuasión
eficaz se traduce en la modificación o reversión de opiniones, creencias o
valores anteriores, o en la inducción a resistir futuros intentos de
persuasión.
FASES DE LA PERSUASIÓN
De acuerdo con lo analizado, existen tres distintas fases
en el proceso persuasivo: descontinuación, conversión y disuasión.
1º FASE DE CONFRONTACIÓN:
En la fase de confrontación, el persuasor se enfrenta a un público completamente hostil hacia la posición y el mensaje persuasivo motivo de la comunicación. Por ello, el contexto de la audiencia es confrontado con la intención de reducir, en la medida de lo posible, la abierta oposición y la actitud negativa a la influencia social de la fuente, buscando sobre todo ofrecer información suficiente para que los receptores acepten en el cuadro de creencias, opiniones y valores que defienden la posibilidad de otra opción distinta a sus posiciones. El objetivo por tanto del mensaje persuasivo es incidir en las percepciones y apreciaciones del público, no tanto en sus actitudes o valores.
2º FASE DE CONVERSIÓN
En la situación de conversión, por el contrario, el contexto de la audiencia es favorable a una modificación o reversión de actitudes y percepciones por la fuente. En ella el mensaje persuasivo se enfrenta con tres tipos de públicos claramente diferenciados : los incrédulos, críticos y distantes respecto con el emisor y su objetivo manipulador; los desinformados, más adsequibles a los esfuerzos persuasores pues con sólo una buena disposición de las informaciones favorables a la fuente se puede modificar las actitudes de este tipo de audiencia; y los apáticos, en los que el emisor procura resaltar la importancia del posicionamiento favorable a la fuente del público en torno a las propuestas sugeridas en el mensaje respecto al problema o tema de la comunicación, haciéndole ver la decisiva importancia y necesidad del posicionamiento del receptor.
3º FASE DE DISUASIÓN:
Por último, en la estrategia disuasoria, a diferencia de la conversión y la confrontación, no se busca modificar las actitudes y creencias del público receptor, sino más bien el reforzamiento de los valores ya compartidos, intensificando aquellos aspectos actitudinales, cognitivos o axiológicos más relevantes para la fuente en virtud de los objetivos particulares que busque en cada momento el emisor, por medio de sencillas técnicas de refuerzo.
En este último caso, no es que se ofrezca a los receptores la capacidad de rebatir los mensajes persuasivos, sino más bien la de resistir la contrapropaganda de los mensajes contrarios al reforzamiento, ya que en todos los casos la persuasión es una forma de inoculación ideológica que refuerza una asimetría esencial entre los actores de la comunicación, estableciendo una distancia insalvable entre el emisor y el receptor. Pues, como comenta Hall, para que toda forma de dominación sea eficaz debe mantener oculto el hecho mismo de la dominación.
VARIABLES DE LAS PERSONAS QUE INTERVIENEN EN EL
PROCESO DE PERSUASIÓN
La fuente
Algunas personas parecen tener más habilidad
para la persuasión que otras, de modo que no tienen dificultad para conseguir
que otros actúen de acuerdo con la forma en que esperan que lo hagan, En
ocasiones se tiende a explicar la facilidad de persuasión de algunas personas
con término que se inventan para describirlas, por ejemplo, se dice que ciertos
políticos son "carismáticos" porque pueden convencer a las masas de
la bondad de ciertas formas de pensar o de conducirse Por desgracia, el uso de
estos conceptos no es de utilidad para el estudiante de la persuasión, ya que
dicen poco acerca de lo que cualquier fuente debe hacer para tener éxito. No
hay pautas que indiquen lo que se necesita para ser un líder carismático; sin
embargo, la investigación de la comunicación proporciona algunas sugerencias
sobre cómo mejorar las habilidades persuasivas de la gente al centrarse en
variables como la credibilidad de la fuente y su efecto en el éxito de la
persuasión, la atracción entre la fuente y el receptor, la similitud entre la
fuente y el receptor y el poder como determinante de la eficacia o fracaso de
los mensajes persuasivos.
Credibilidad. Desde la época antigua diversos
autores han elaborado juicios acerca de los oradores que promueven la
comunicación eficaz. Aristóteles decía que el ethos, o lo que en la actualidad
se conoce como credibilidad, es el medio más potente de persuasión. Lo que han
descubierto las investigaciones sobre la comunicación contemporánea es que la
credibilidad de la fuente podría ser la única y mejor forma de predecir el
éxito persuasivo. Sin embargo, el punto más importante a establecer es que
ningún comunicador posee como característica inherente la credibilidad. l)e
hecho, la credibilidad de la fuente la confiere el receptor, es decir, el
público, el que a menos que considere que no existe, la otorgará. Hay muchos
factores que afectan la manera en que el público percibe a los comunicadores,
como la edad, el sexo y la raza, pero estos también pueden controlar la forma
en que los perciben los receptores. El comunicador persuasivo inteligente
deberá conocer las técnicas para manipular estas importantes variables.
Investigadores de la comunicación (McCroskey,
tensen y Valencia, 1973), han analizado sistemáticamente las características de
un comunicador creíble; y han señalado que la gente considera al menos cinco
características independientes acerca de una fuente, las cuales contribuyen a
determinar su credibilidad en ella. Estas características que determinan la
credibilidad de la fuente son:
- El conocimiento del tema por parle de la fuente y su capacidad para
exponerlo.
- La honestidad de la fuente.
- La habilidad para permanecer sereno y "con sangre fría",
especialmente en situaciones tensas o difíciles. » La sociabilidad, que es
el atractivo básico del comunicador.
- La extroversión, es decir, si el emisor es abierto o tímido en las
tareas de la comunicación.
Kouzes y Posner (1995), psicólogos sociales
contemporáneos, identifican sólo dos de las cuatro características analizadas
por McCroskey y sus colaboradores como verdaderamente fundamentales: la
capacidad o conocimiento, y el carácter u honestidad, Estas engloban las otras
tres características —compostura, sociabilidad y extraversión -como un solo
componente al que llaman "dinamismo".
La capacidad es importante en muchas situaciones de persuasión. Si no se considera
competente a un comunicador, o al menos que posee un nivel adecuado de conocimiento
del tema a discutir, no tendrá la menor importancia para el receptor el hecho
de que sea confiable o simpático, ya que juzgará que no vale la pena tomar en
cuenta su opinión. Por el contrario, un comunicador al que se considera capaz,
tiene más probabilidades de tener éxito en un intento de influir. Una pregunta
importante para el estudiante de la persuasión es; ¿qué puede hacer un
comunicador para incrementar en el auditorio la credibilidad en su capacidad,
en relación con un determinado tema? Por lo regular, cuando un orador va a
hablar en público es presentado por otra persona. A veces estas presentaciones
introductorias tienen como fin elevar la percepción de la competencia del
orador. Algunas veces esto se consigue refiriéndose a los títulos y logros del
orador y en otras haciendo hincapié en su experiencia previa. El orador también
puede manipular el concepto de su auditorio en cuanto a su capacidad,
refiriéndose a su experiencia sobre el tema o asociando su nombre al de otras
personas reconocidas, preparando cuidadosamente el mensaje a transmitir o
seleccionando evidencias que apoyen sus pretensiones (Burgoon y Miller, 1488.
1990).
Estas cinco características, en conjunto,
representan el juicio que el público establece acerca de los comunicadores. Es
común que al iniciarse la comunicación se hagan juicios limitados acerca de los
comunicadores respecto de características en cada una de éstas. En este sentido
es importante para el comunicador persuasivo comprender que sus acciones
influirán en las percepciones de otras personas, por tanto, debe planear
cuidadosamente las estrategias necesarias para asegurar que se le vea
positivamente en cuanto a estos aspectos.
- Atracción personal no es muy distinta de la credibilidad, pero entre una y
otra hay las suficientes diferencias que justifican unos breves
comentarios acerca de las razones por las que la gente se atrae entre sí.
La primera es el factor social, que es muy similar a la característica
sociable de la credibilidad. Una persona sociable es más atractiva, y es
probable que sea más capaz de influir en alguien. 1.a segunda diferencia
es la atracción física. Sin importar cómo se crea que deben ser las cosas,
sucede que las personas físicamente atractivas se consideran más
populares, con más atractivo sexual, más felices, más exitosas y por
consiguiente, más persuasivas (Rerscheid y Reís, 19%). El factor final es
la atracción del comunicador por la tarea a elaborar, ya que el público
puede decidir interactuar ron ciertas personas por el respeto a su
habilidad para realizar un trabajo, esto implica que existe cierta aptitud
en dichas personas para cambiar actitudes y conductas. En conclusión, si
un comunicador es atractivo por alguno de estos factores o por los tres, tiende a ser más eficaz
como persuasor.
- Similitud. Al igual que la credibilidad, la similitud no existe, a menos que
la gente que participa en la comunicación la perciba. Las características
en las que un emisor y un receptor pueden ser similares incluyen la edad,
educación, identidad-cultural o étnica v posición socioeconómica así como
creencias, opiniones y valores.
La relación similitud-diferencia entre la fuente
y el receptor repercute de manera importante en la comunicación persuasiva.
Cuando alguien tiene la oportunidad de escoger con quién comunicarse, tiende a
elegir a alguien con aptitudes similares en él (Burgoon y hale, 1988; rogers,
1995; Rogers y Steinfatt, 1999). Cierta similitud entre la fuente y el receptor
lleva a una comunicación más eficaz., en la cual las personas que comparten
intereses mutuos tienen más que comunicar (Benjamín, 1997). Sin embargo, es
probable que la similitud total no sea el estado "óptimo" cuando el
propósito de la transacción de comunicación es el de influir en otros.
Paradójicamente, la similitud total produce una situación estática; porque
quienes están por completo de acuerdo tienen muy poco de qué hablar sobre cualquier
tema.
Por supuesto que no es degradante que los
oyentes consideren a la fuente más confiable que a sí mismos. La gente por lo
general tiende a ser más influida por aquellos a quienes concede ciertos atributos y a quienes respeta por su
competencia y experiencia.
- Poder. Se ha prestado poca atención al poder que ciertas personas ejercen
sobre otras. Este implica la habilidad para controlar conductas, obtener
sumisión y a menudo cambiar creencias, opiniones y valores. Sin embargo,
cierta clase de poder es real (por ejemplo, un hombre con una pistola
apuntando a la cabeza de otro) y otra clase sólo es percibida por los
receptores y se convierte en "real" porque ellos así lo creen
(Wilmot, . 1995). En cualquier caso de persuasión los receptores tienen
ciertas necesidades físicas, psicológicas y sociales. La habilidad de un
comunicador para satisfacer esas necesidades es básicamente el motivo para
que opere el poder en los intentos de influir. Aunque las bases del poder
son contingentes en relación con las necesidades del público en una
situación determinada, es posible identificar cinco tipos generales de
poder que operan en situaciones en las que se logra la sumisión:
• El poder legitimo Es la autoridad que tiene una fuente por la naturaleza de su posición.
Las personas con cierta jerarquía en las organizaciones tienen el derecho a
prescribir la conducta de otros. Un juez tiene derecho a sentenciar a un
prisionero, un maestro tiene derecho a dejar tareas escolares, y el jefe, el
derecho a supervisar a sus empleados. Todos estos ejemplos de poder no
provienen de las características de la fuente de comunicación, sino que están
determinados por la posición que ocupa el agente que influye. La razón de que
se acepte a cualquiera que ocupe esa posición particular, que es una importante
fuente de poder en la mayoría de las culturas, se debe a que se respetan las
posiciones y tradiciones.
• El poder
coercitivo: Es la
capacidad de la fuente para castigar a quienes no cumplen con sus demandas. La
mayoría de las personas reacciona negativamente al poder coercitivo, y la
atracción y credibilidad de un comunicador que se apoye en él decrecerá con el
tiempo, y la persona sólo responder,! cuando sepa que está siendo observado por
aquella que imparte el castigo. En ocasiones el comunicador puede utilizar este
tipo de poder para hacer que las personas dejen de hacer algo que no quiere que
hagan; sin embargo, no es un medio muy eficaz, para hacer que la gente continúe
comportándose a largo plazo de la manera deseada.
• El poder referente: Es el que
ejerce el consumidor cuando pide a alguien que haga algo "por
nosotros". En este caso se solicita al receptor que se identifique con la
fuente y que haga ciertas cosas para complacerlo. El poder referente funciona
bien en aquellas situaciones en las que la fuente es muy apreciada o respetada.
Mucha gente hace favores a sus amigos o a aquellos a quienes respeta. Un
comunicador que abusa de esta forma de poder pierde su eficacia para influir.
No obstante, si el comunicador es inteligente, actuará en reciprocidad y de ve/
en cuando hará algo por el receptor para mantener la eficacia de su poder
referente en futuros intentos de influir.
• El poder de experto : Es el que se ejerce cuando la fuente posee más conocimientos que el
receptor, y por tanto tiene capacidad para influir, lo cual no sólo se debe a
que cuenta con información suficiente para proporcionar conocimientos y
evidencias que cambien las opiniones, sino también a la reputación de experto
que le precede.
Pfeffer (1998) menciona que existen tres
condiciones que aumentan el uso del poder en los intentos de persuasión: a) el
uso selectivo de criterios objetivos; es decir, la capacidad percibida de que
la fuente puede en realidad aplicar subjetivamente ciertos criterios para
ejercer control y otorgar recompensas; b) la formación de coaliciones; es
decir, la capacidad de convocatoria de una fuente para unir voluntades y grupos
y con ello lograr mayor fuerza y poder, y c) la coopción, que trata de cambiar
actitudes y conductas de individuos dominantes involucrándolos en asociaciones
específicas para crear grupos con toma de decisiones participativa, que inicia
antagónicamente y no de manera neutral como en la mayor parte de los procesos
participativos.
VARIABLES DEL MENSAJE EN EL PROCESO DE PERSUASIÓN
Estructura de los mensajes persuasivos
En este apartado se estudiará la dinámica de la
influencia de la información, es decir, cómo se seleccionan los mensajes y cómo
se estructuran y se utilizan óptimamente en el proceso de transformación de
actitudes en otras personas; Toulmin (W59) señala que todos los argumentos
persuasivos contienen tres componentes: a) demanda, b) garantía d ) dalos.
La demanda es
cualquier afirmación implícita o explícitamente establecida que e! persuasor
quiere que su público acepte.
La garantía es una
creencia general o actitud establecida en apoyo de la demanda. En otras
palabras, una garantía es una razón por la que el público debe aceptar la
demanda. Para ser efectiva, la garantía debe ser aceptada implícitamente por el
público, y¿ que es poco probable que éste acepte una demanda si no acepta la
justificación general para realizarla.
Los datos están
compuestos de creencias específicas establecidas en apoyo a una demanda, y se
relacionan con ella por medio de la garantía.
CONSTRUCCIÓN DE MENSAJES
PERSUASIVOS
Evidencias
. Si el
público está consciente de la información, es probable que las evidencias hayan
sido aceptadas o rechazadas previamente, y en este caso es poco probable que
tengan efecto alguno en la acritud de los receptores. Esto indica que el empleo
de evidencias puede ser eficaz cuando se dirige a receptores que no tienen
conocimiento previo del tema. En este sentido, casi cualquier información
objetiva sería nueva y potencialmente eficaz. Una segunda consideración es que
las evidencias deben ser "buenas" y pertinentes con respecto a la
demanda. El uso de evidencias "malas" o irrelevantes resulta ineficaz
para cambiar la actitud del público a favor de la demanda, y además podría
reducir la credibilidad del expositor (Burgoon y Miller, 199(1).
Existen dos tipos de credibilidad relacionados
con el uso de las evidencias. Primero, la credibilidad de la fuente, en el
sentido ya utilizado en este capítulo. Si el auditorio tiene confianza en el
comunicador no será necesario que éste se apoye en las evidencias, ya que es
probable que sus aseveraciones sean suficientes para persuadirlo a que acepte
sus demandas. Por otro lado, si no goza de suficiente. credibilidad, es crucial
el uso eficaz de las evidencias, ya que citarlas de manera adecuada
incrementará la eficacia de la persuasión, así como la percepción de
credibilidad del expositor (McCroskey, 199(S).
Un segundo tipo de credibilidad que debe considerarse es la
confiabilidad de lo citado por el expositor. El hecho de citar información que
provenga de fuentes que el público considera de crédito dudoso puede ser
contraproducente. Una táctica que se puede utilizar para reducir el efecto
negativo que produce apoyarse en fuentes poco confiables consiste en no revelar
su origen hasta haber presentado las evidencias.
Mensajes
laterales: La
persuasión por lo regular maneja "lemas controvertidos", por lo que
posiblemente se presenten puntos de vista diferentes y el expositor debe
anticipar que para cada argumento puede haber una contraposición, oposición a
las garantías y tal vez información conflictiva y decidir si acepta estos
argumentos o no. Se dice que el mensaje unilateral es cuando el expositor se
limita a presentar sus demandas, garantías y datos sin prestar atención a
ningún argumento que se le oponga. En cambio, se dice que es un mensaje
bilateral cuando el expositor presenta los argumentos desde ambos puntos de
vista, pero tiene el propósito de que su demanda sea la más aceptada.
Un análisis cuidadoso de los objetivos del
persuasor y de las características del público son factores importantes para
decidir si se debe presentar un mensaje unilateral o bilateral. Si el expositor
se encuentra en la fase de disuasión, en el proceso de persuasión sería
conveniente que utilizara un mensaje unilateral; es decir, el adecuado cuando
el público está de acuerdo con la demanda y reforzar las actitudes actuales, o
tal vez acrecentar el compromiso del público Sin embargo, si el objetivo del expositor
es el de provocar una hostilidad inicial; entonces suele ser más eficaz un
mensaje bilateral.
Otro factor a considerar es el
nivel de educación del público En términos generales las personas que poseen
una educación formal tienden a ser más influidas por los mensajes bilaterales,
independientemente de su actitud inicial o de los objetivos del persuasor
(Bettinghaus y Cody , 1997).
Organización del mensaje . Aunque los estudiosos del
discurso y de la redacción creen que los mensajes bien planeados son los más
persuasivos, es poca la evidencia que apoya este punto de vista. Sin embargo,
hay varias características estructurales que se pueden planear para aumentar la
persuasión en los intentos de influencia (Andrews y Baird, 2000; Hreaden, 1996;
Burgoon y Miller, 1998, IWII; Galanes, Adams y Brilharl, 2000; Perloff, 1993).
Los
mensajes unilaterales comunes ofrecen una solución
a un problema, listo sugiere la pregunta: ¿qué se debe presentar primero, el
problema o la solución? Por lo general es más eficaz demostrar que realmente
existe un problema antes de ofrecer la solución.
Fin contraste, en los mensajes bilaterales la
estructura suele ser más compleja: el expositor debe manejar sus propios
argumentos y también los opuestos. ¿Cuáles se deben presentar primero, los que
desea el expositor que sean aceptados o los que quiere refutar?;La estructura
más eficaz indica que primero deben presentarse los argumentos que se desea
sean aceptados y después refutar los argumentos contrarios pues si éstos se
presentan primero se corre el riesgo de influir accidentalmente en el auditorio
para que acepte esos argumentos indeseables, por el contrario, si se presentan
primero los argumentos deseables es posible persuadir al receptor con los
argumentos "buenos" antes de exponerlo a las pretensiones
contrarias..
Intensidad
del lenguaje . Se
denomina así al que se pone en las ideas que contiene un mensaje para que deje
de ser una afirmación neutral. Por ejemplo, la declaración "ésta es una
idea muy buena" es más intensa que la declaración "ésta es una buena
idea". La intensidad percibida en un mensaje puede ser manipulada en
varias formas.
Una de las formas más comunes de manipular la
intensidad del lenguaje es mediante el uso de calificativos que indican los
extremos de una posición, como en el ejemplo antes mencionado. De manera
similar, el uso de calificativos que indican certeza también influye en la
percepción de intensidad; por ejemplo, "ciertamente éste es el mejor curso
de acción", es una declaración más intensa que "probablemente éste
sea el mejor curso de acción". También los mensajes que utilizan
metáforas, en especial aquellos que tienen connotaciones sexuales o de
violencia, se consideran bastante intensos. Por ejemplo: "las políticas
económicas actuales en México están violando a los pobres"
Las investigaciones acerca de la eficacia
persuasiva del uso del lenguaje intenso como recurso indican que los mensajes
con alto grado de intensidad suelen ser menos persuasivos que los mensajes de
intensidad moderada.
Hola, ¿de casualidad tienes la información bibliográfica de la cual se desprende este capítulo? Saludos
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